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La Casa Paga

Es lo que piensan muchos colaboradores en la empresa. Cuando hay errores, no le dan importancia, porque la empresa paga todo.

Todos los errores cuestan, ya sea: Dinero, tiempo o riesgo.

En medio del Desmadre Operativo, los errores ocurren todos los días, generando pérdidas que de entrada no tendrían que haber ocurrido.

Con la excusa de: Tenemos que seguir trabajando. Se paga el costo de cada error, para pasar al siguiente tema y en muchos casos al siguiente error.

Como Dueño, estás tan ocupado resolviendo temas, que difícilmente te puedes sentar a identificar estas fugas, de repente algunas te duelen porque son más grandes, pero tienes que seguir adelante.

El flujo de la empresa sufre y la rentabilidad operativa se va a ceros en el mejor de los casos.

No es Justo

“No es justo que la empresa pague por todo, deberíamos cobrarle los errores a los empleados, para que así aprendan y no los vuelvan a cometer.”

Esta reacción es bastante normal cuando dimensionas el problema y te das cuenta de su impacto en la economía y sostenibilidad de la empresa.

Pero la solución no va por ahí. Aplicarla de esta manera, dañaría irremediablemente la relación con tu equipo de trabajo y la cultura en tu empresa.

No puedes exigirle a una persona que cuide un tema sin antes haberle explicado: Qué se tiene que cuidar, cómo afecta a la empresa y qué se tiene que evitar.

Tu empresa necesita una cultura de trabajo justa para todos, con reglas claras y consecuencias. Que se viva todos los días.

Cuando cada persona tiene este conocimiento, activamente cuida su área de responsabilidad para anticipar y evitar errores.

La suma del trabajo cotidiano de cada persona tiene un efecto multiplicador en la empresa.

Indicadores para arriba

La rentabilidad operativa se mejora por tres razones: Información a la vista, operación consistente y prevención de errores.

Como todos los indicadores están conectados, ocurre una reacción en cadena.

La relación con tus clientes se fortalece.

Ahora puedes atender más clientes, mejorando la recurrencia y las ventas.

La consistencia operativa, garantiza entregas a tiempo y cobranza oportuna.

Y por supuesto, la gran ganadora es la casa, quiero decir la utilidad, que aumenta de inmediato.

La utilidad aumenta incluso si te quedas con los mismos clientes, porque ya no está pagando el precio de los errores. Ahora estás aprovechando al máximo lo que tienes.

¿Entonces ya no habrá errores?

Siempre habrá errores porque todos podemos equivocarnos en cualquier momento. La diferencia es que ahora los notarás de inmediato y podrás resolverlo con eficacia.

El impacto de un error es directamente proporcional al tiempo que tardas en resolverlo.

La visibilidad de la cultura de trabajo justa, cambia la actitud del equipo de trabajo con respecto a los errores, pasa del “no me importa” a un orgullo colectivo por evitarlos.

La pregunta para ti, Dueño: ¿Qué tipo de empresa quieres: “La Casa Paga” o “La Casa Gana”?

Platiquemos cómo podemos ayudarte a que la casa siempre gane, puedes agendar reunión en esta liga.

Recuerda: La Casa Gana.