Cuando empecé con mi empresa tenía el sueño de hacerla grande, en el camino aprendí que es mejor hacerla grandiosa.
Por supuesto, lo he aprendido a golpes, porque una cosa es la ilusión y otra cosa es lo que pasa en la vida real de una empresa.
Mi entendimiento de empresa grande era tener mucho de todo, muchas ventas, mucha gente, muchos clientes.
Sin embargo, esta visión limitada de tener, no es de largo plazo, por diversas razones: Como dueño te mantiene en una infinita carrera de ratas. No hay equipo que aguante ese ritmo. Tu visión de negocios es siempre hacia adentro. Siempre tienes desmadre operativo.
En el camino empecé a notar que empresas grandes que eran mi referencia, desaparecían de un día para otro, como si nunca hubieran existido.
Al mismo tiempo encontré empresas, no muy llamativas, que tenían años creciendo de manera consistente y sostenida.
En ese momento hice un alto, para analizar mi situación, estaba agotado tratando de hacer grande mi empresa y mis modelos de referencia estaban desapareciendo, seguramente ese sería mi destino si seguía por la misma ruta.
Entonces me puse a estudiar las empresas no llamativas, por suerte pude conocer a varios dueños, platicar con algunos de sus clientes e incluso con personas que trabajan en esas empresas.
Luego leí un libro llamado Build to Last de Jim Collins y acabé de entender la situación.
Hay dos caminos para la vida de tu empresa: 1) Hacer una empresa grande. 2) Hacer una empresa grandiosa.
- Empresa Grande. Su objetivo es crecer a como de lugar, sin importar las personas o el entorno, lo que vale es el volumen. El dueño vive en su empresa, no se puede separar.
- Empresa Grandiosa. Es una visión de largo plazo, apalancada en un propósito sólido para generar prosperidad a su entorno. El dueño construye una comunidad de servicio, que da vida propia a la empresa.
Una vez entendida la diferencia, mi decisión fue sencilla, construir una empresa grandiosa.
Ahora venía lo bueno .
¿Cómo se construye una empresa Grandiosa?
Por supuesto no existe una receta de cocina, cada empresa es diferente, tiene una fortaleza única, un contexto de mercado diferente, sin embargo hay un concepto que me ha servido de guía:
Conectar la fortaleza única de tu empresa, con el valor que genera para la sociedad.
Sin importar a lo que te dediques, tu empresa genera valor para las personas a tu alrededor: tu equipo de trabajo, clientes y proveedores.
Cuando logras ver el impacto de tu fortaleza única en la vida de cada persona, inmediatamente aparece la ruta que debes seguir para que tu empresa sea grandiosa.
Las empresas grandiosas, construyen una comunidad donde todas las personas conviven para recibir valor, apoyados en un conjunto de reglas claras y justas, que las mantiene unidas en el largo plazo.
Todos cuidan la continuidad de la empresa, porque a todos les conviene estar ahí.
Por supuesto no están exentas de riesgos, solo que es más fácil anticiparlos, porque todo el equipo sabe qué cuidar y cómo proceder.
Como dueño, necesitas un esfuerzo importante al inicio de la transformación, para definir claramente el propósito y conectarlo con el trabajo cotidiano, esta claridad depende siempre de ti.
Con cada paso que das, tu comunidad va creciendo y tienes más personas comprometidas con el propósito de largo plazo, que además de ayudarte, te abren espacio para temas estratégicos.
Es un camino lleno de recompensas, es de largo plazo y lo más satisfactorio, te permite beneficiar a muchísimas personas con lo que construiste con tus propias manos, desde cero.
Una empresa grandiosa, siempre trasciende.
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Recuerda: Tienes una empresa grandiosa.