La tranquilidad es el principal indicador de que tu empresa está en orden.
Es muy importante entender que tranquilidad no significa que todo esté perfecto, significa que tienes visibilidad de los temas bajo control y de los temas que estás arreglando.
Por tu culpa estamos peor que antes.
Es un reclamo que me hacen frecuentemente, cuando hacemos visible la realidad operativa de nuestros clientes.
Un dueño me reclamó que ahora tenían un 60% de garantías, en las entregas de su nuevo servicio, que habían lanzado hace 10 meses.
Cuando terminó de desahogarse, le hice una pregunta: ¿Cuántas garantías tenías antes de que llegáramos?
Después de un silencio incómodo, le dije: Ese es el punto. No sabías cuántas tenías. Ahora que ves un número tan grande, obviamente no te gusta.
Me preguntó: ¿Pero entonces qué hacemos?
Respondí: Resolver el dolor, ya sabes exactamente dónde está.
Hicimos un doble clic, analizando el registro de actividades, descubrimos que el origen de las garantías era un tema de falta de capacitación, no de funcionamiento del servicio.
De inmediato, se hizo un plan de entrenamiento para los clientes y en un mes las garantías disminuyeron a menos del 10%.
Eso es tranquidad, saber dónde están las desviaciones, atenderlas, resolverlas y evitar que vuelvan a ocurrir.
Si gestionas tu empresa a ciegas, nunca podrás alcanzar la tranquilidad. Lo que sí tendrás es Desmadre Operativo.
¿Todos Tranquilos?
Los indicadores cualitativos son tan importantes como difíciles de medir. ¿Cómo mides la tranquilidad?
Algo así como decir, tenemos un 80% de tranquilidad, no existe, pero hay formas sencillas y efectivas para medirla.
Todo está basado en: Cuentas claras, amistades largas.
Con condiciones y reglas bien definidas, con cada stakeholder de tu empresa, tienes una base sólida para construir tranquilidad.
Como dueño, cuando diseñas tu empresa, necesitas establecer las reglas del juego que serán saludables para todos: Personas en tu equipo de trabajo, clientes, proveedores, tú.
Esta claridad te permitirá identificar 2 grupos: Quienes están cumpliendo con las reglas y quienes no.
Sugiero que te acerques con los dos grupos y les preguntes cómo están.
La mayoría de quienes están jugando el juego según lo acordado, te contestarán que tranquilos, algunos de ellos te harán sugerencias de mejora.
Los que no están cumpliendo las reglas, te comentarán sus inquietudes. Algunas relevantes y otras que salen del alcance de tu empresa.
Así podrás tener medida la tranquilidad de cada grupo, identificar áreas de mejora en tu empresa y dejar a quienes necesitan jugar otro juego.
Insisto, en que esto solo puedes hacerlo, si tienes bien definidas las reglas del juego.
Todo está conectado
Recuerda que todo en tu empresa está conectado, usemos nuestros 5 indicadores de batalla.
- Utilidad. Tiene que existir para que todos estemos tranquilos.
- Ventas. Tranquilidad es igual a ventas que generan utilidades.
- Cobranza. Si no cobramos, intranquilidad total, no importa que vendamos con utilidad.
- Entregas a tiempo. Si no entregamos a tiempo, nuestro cliente estará intranquilo y no tendremos relaciones de largo plazo.
- Recurrencia. Si cada mes tenemos un flujo suficiente para cubrir los fijos, todos tranquilos
Las reglas del juego para cada persona deben cuidar estos temas como un todo.
La tranquilidad tiene un efecto multiplicador, porque una persona tranquila, está mejor enfocada, desarrolla su talento más rápido, identifica áreas de oportunidad.
¿Quieres estar tranquilo?
Ten a la vista tus reglas del juego, cuida lo que está bien, corrige lo que está mal, sepárate de quienes están jugando otro juego.
Nuestra metodología, ayuda a todos a cumplir las reglas del juego, en su trabajo cotidiano.
Platícame qué tan tranquilo estás, puedes agendar una reunión en esta liga.
También puedes aprender 3 herramientas para eliminar el Desmadre Operativo, en este taller de libre acceso, da clic aquí.
Recuerda: Tranquilidad = Visibilidad.