Eres el dueño de tu empresa y te pierdes los desfiles de primavera de tus hijos, por estar arreglando el desmadre operativo. ¿Vale la pena?
Nuestra familia es el principal motor de nuestra vida.
Cuando iniciamos nuestra empresa, la motivación más importante era construir un mejor futuro para ellos.
Al principio es muy difícil, te lanzas sin red de contención.
Como dueño ya no tienes un sueldo quincenal, tienes que ir por los ingresos a la calle.
Buscas oportunidades, cotizas, ajustas, cierras un acuerdo, vendes, entregas el servicio, cobras y a lo que sigue.
Por supuesto es súper demandante en tiempo y lleno de incertidumbre.
Como eres tú solo, pones toda la carne en el asador, a final de cuentas estás construyendo un patrimonio para la familia.
Este es el mismo camino que hemos seguido todos, no hay atajos, se necesita trabajo duro y esfuerzo.
Sin embargo, esto crea una situación muy peligrosa: Descuidar nuestra vida personal en aras de construir un mejor futuro.
Y es que es muy fácil convencernos a nosotros mismos, hasta nos damos argumentos para preferir el trabajo al tiempo individual.
“El esfuerzo que le ponga ahorita me va a dar más tiempo libre con mi familia después”.
La realidad es que ningún esfuerzo vale la pena, si te aleja de tu familia.
El desfile de primavera de segundo de kinder, es único, no volverá a ocurrir.
Y luego de los desfiles, vienen los recitales, los deportes, las clases donde invitan a los papás, los puentes, las graduaciones, por mencionar algunos.
Todos estos eventos son únicos en la vida de la familia.
Corazón Partido
Nuestra empresa nos genera muchas satisfacciones personales, profesionales.
Vivir diariamente lo que inició como una idea, ver a la gente trabajando, entregarle valor a tus clientes.
Todo es muy emocionante y podemos pasar horas trabajando sin parar, porque estamos distrutando, porque amamos lo que hacemos.
Y también amamos a nuestra familia.
Como Dueños, debemos evitar tener el corazón partido, no es el trabajo o la familia.
Es la familia y el trabajo.
Los dos pueden vivir juntos cómodamente, bueno los tres, porque Diosito está con ellos.
Eres el Dueño
En mi caso, cuando empecé mi empresa, tuve mi primer encuentro con el corazón partido en un evento de mi hijos.
Mi esposa me avisó que tendríamos un evento la siguiente semana, miércoles 8:30 de la mañana.
Yo puse cara de preocupado, porque normalmente empezaba a trabajar a las 9:00.
Al ver mi cara, mi esposa, solo me recordó: Ahora eres el Dueño.
En ese momento me cayó el veinte, me reconecté con el propósito de estar con la familia, me puse muy contento y agendé el evento.
Aunque era el Dueño de una empresa con una sola persona, yo mero, en ese momento decidí que así sería siempre.
Saliendo del evento, le pedí a mi esposa que me dijera todos los eventos que venían para poderlos agendar.
Ya puestos en la agenda, todos los temas de trabajo los acomodaba alrededor de ellos.
No tiene precio
Ningún tema de negocio te producirá la misma alegría que ver a tus hijos saludándote desde su triciclo, cancha, auditorio, salón, estrado o donde quiera que estén parados.
Este es uno de los costos ocultos, de mayor impacto, del Desmadre Operativo.
Tener que cancelar un evento familiar para arreglar un problema causado por el desmadre duele muchísimo.
Y lo más riesgoso es que te acostumbres a ello.
Si tu empresa te está evitando atender a tu familia, tienes que ajustar tu empresa, no a tu familia.
Reconecta con tu propósito original, crear un mejor futuro para tu familia, lo que significa que puedas estar con ellos.
Orden para el bien común
Tener orden en tu empresa, impacta positivamente tu vida personal y la de todo tu equipo en la empresa.
Porque la ausencia de desmadre, les permite a todos incluir en su agenda los temas familiares importantes.
Sí, a todos.
“Es que me van a pedir muchos permisos en horario laboral”.
¿Y cuál el problema si está todo en orden y bien atendido?
“Pero es que ese tiempo se los paga la empresa”.
¿Y cuál el problema si está todo en orden y bien atendido?
Los eventos familiares entre semana no ocurren todos los días de todas las semanas en horario laboral.
Además, el impacto que tiene en cada persona, poder acompañar a sus hijos, no tiene precio.
Por supuesto esto solo puedes hacerlo cuando previamente estableciste reglas claras y justas para todos.
Con orden en tu empresa, todos pueden atender su familia y su trabajo.
Porque todas las personas tienen un propósito de estar con su familia, al igual que tú.
Cuando tu empresa le ayuda a todas las personas a cuidar a sus familias, trasciende más allá del tema de negocios.
Querido Dueño, te invito a medir tu éxito profesional en asistencias a desfiles de primavera.
Platiquemos cómo podemos poner orden para el bien común en tu empresa. Puedes agendar en esta liga.
Recuerda: Orden para el bien común