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Consecuencias

Una empresa sin consecuencias para su equipo de trabajo, es una empresa con estrés laboral y desmadre operativo.

Por alguna extraña razón, las consecuencias están catalogadas negativamente.

Muchas veces escuchamos: “Si no haces esto, habrá graves consecuencias”.

Así es que la palabra tiene una mala fama que está directamente relacionada con el castigo.

Toda acción puede tener consecuencias positivas o negativas.

Cuando éramos niños, existía un sistema de consecuencias en casa y en la escuela.

En casa, tu Mamá tenía diferentes miradas. La mirada cariñosa cuando hacías algo bien y la temida mirada Número 5, señal de que venía un regaño.

Esto nos permitió crecer con la conciencia de que hay consecuencias buenas y malas para nuestros actos.

Si tendíamos la cama, la consecuencia era una mirada cariñosa, si no, la consecuencia era un regaño.

En la escuela sucedía lo mismo, al inicio del ciclo escolar nos explicaban las reglas: Número de exámenes, trabajos, tareas y ausencias permitidas.

Estudiando sacabas una calificación alta, no estudiando sacabas una nota baja, si no presentabas el examen tenías cero.

Hasta en los tacos hay consecuencias, si pides un taco extra, lo pagas.

Lo curioso es que el ambiente laboral no continúa con esta bonita tradición de las consecuencias que aprendimos en casa y en la escuela.

Consecuencias centralizadas

Cuando iniciaste tu empresa, tú, Dueño, recibías todas las consecuencias, positivas y negativas, por una sencilla razón: Eras la única persona.

Gracias a tu esfuerzo, tu empresa creció y hoy que tienes más de 30 personas, tú sigues siendo el receptor de todas las consecuencias.

Por eso estás tan estresado, todo te cae a ti.

Las consecuencias positivas, están bien, no te generan trabajo adicional y son la base de tu empresa.

Sin embargo, una consecuencia negativa, vale por tres positivas, en términos de tu tiempo, esfuerzo y distracción de las cosas importantes.

Una llamada directa a ti, de un cliente molesto, es una consecuencia negativa que tienes que atender, pero que en principio ni siquiera debió de haber ocurrido.

Estás cargando todo el peso de las consecuencias, de todas las personas en la empresa.

Por eso estás agotado, fundido.

Esto crea una situación muy injusta donde tú y un par de personas, están peleando una batalla diaria para cuidar la empresa y el resto está rascándose la panza, porque saben que a ellos no les afecta.

Consecuencias distribuidas

Para que tu empresa aproveche todo lo que tiene y tú puedas recuperar tu trabajo de Dueño, necesitas una sistema de consecuencias distribuidas.

Una consecuencia negativa grande, como perder un cliente, empezó siendo un pequeño problema que solo necesitaba 5 minutos de atención de una persona.

Cada persona en la empresa, debe tener la misma claridad de un alumno de escuela, de las consecuencias positivas y negativas de su encargo.

No te están haciendo un favor, se está haciendo un intercambio profesional, de talento y oportunidad laboral.

Agilidad y Justicia

Las consecuencias positivas y negativas, generan un ambiente donde las personas crecen a partir de su esfuerzo.

Sin embargo, solamente funcionan cuando están relacionadas con un indicador claro, medible y numérico.

Nunca, nunca, establezcas una consecuencia relacionada a una opinión subjetiva. Porque se convertirá en el clásico: “Tu palabra contra la mía”.

Apóyate en los tres pilares de nuestro modelo:

  • Claridad Operativa. Cada persona tiene claramente definidas sus actividades, indicadores y consecuencias.
  • Ejecución Consistente. Todas las personas trabajan diariamente con las mismas reglas del juego.
  • Indicadores y Consecuencias. Los indicadores les permiten controlar las consecuencias de su trabajo.

La consecuencia positiva para tu empresa serán personas comprometidas con la autogestión y el cumplimiento.

Voviendo a la analogía de la escuela. Habrá personas de puro 10, algunas más cómodas sacando 9 y otras tantas que les gusta el promedio de 8.

Está bien, porque tu empresa puede funcionar perfectamente con personas en este rango de 8 a 10.

Para el 10 hay mención de excelencia, para los 9 mención honorífica y los de 8 reciben su certificado.

En el fondo, lo importante es que cada persona decide a donde quiere llegar con su talento, sabiendo que tu empresa siempre reconocerá su esfuerzo.

Y los que siempre salen reprobados. Los ayudas a mejorar su calificación. Y si no quieren, pues los vamos a extrañar, solo la primer semana.

Tu empresa se vuelve más ágil, porque las situaciones negativas se resuelven cuando son muy pequeñas, entonces no impactan en el trabajo cotidiano de las personas.

Los indicadores y consecuencias te permiten aumentar la velocidad, porque sabes hasta donde puedes llegar sin afectar la rentabilidad operativa.

Querido Dueño, para ti, la consecuencia de las consecuencias, es tu tranquilidad.

Platiquemos cómo puedes usar las consecuencias a favor de tu empresa, agenda en esta liga.

Recuerda: Consecuencias claras y justas.