Muchos autores definen este estado como ser #autoempleado. Tienes tu #empresa, colaboradores y te siguen pidiendo desde que le cobres a un cliente hasta que compres el papel para la impresora.
En lugar de flagelarte porque tienes el peor jefe del mundo, tú mismo. Alégrate porque tienes una empresa, de la cual vive tu familia y la de tus colaboradores.
Es TU empresa, tú puedes cambiar las reglas para dejar de ser #autoempleado y potenciarla hasta donde tú quieres.
Todos los empresarios han pasado por esta etapa, es totalmente normal, porque es lo que se necesitaba para iniciar la empresa.
Pasar de autoempleado a director, implica un proceso, paulatino.
Es fundamental que no hagas cambios radicales en tu empresa: No apliques metodologías que usan grandes corporativos con presupuestos inmensos. No aceptes fórmulas generalistas de coaches que nunca han tenido una empresa.
Respeta tu empresa, tu creación y mejórala. Mira a tu alrededor, todas las empresas exitosas son fieles a su esencia, a la visión de su fundador y sobre esos cimientos sólidos, construyen.
Aprovecha todo lo que tienes: clientes, experiencia y recursos.
Cuando trabajo con mis colegas empresarios, el primer paso es realizar un inventario de todos sus activos tangibles (máquinas, equipos, contratos) e intangibles (marca, experiencia, know how), a partir del cual identificamos áreas de oportunidad de la empresa.
La primera que atendemos es la de mayor impacto y menor esfuerzo. Esto produce un resultado muy rápido en el negocio, pero sobre todo en el director. Libera tiempo en su agenda, deja de operar ese tema y lo más importante: Se enfoca en la mejora y crecimiento.
Búscame, hagamos un inventario de todo lo que has creado y puedes mejorar.
O bien, agenda una Sesión Antidesmadre, en esta liga.
Recuerda: Si tu operas nadie puede mejorar tu empresa.