Y lo que no es, pues no. El Desmadre Operativo siempre florece cuando suponemos.
Mientras más supuestos, más confusión y desorden. Más sorpresas y bomberazos.
El nivel de suposiciones en una empresa, está directamente relacionado a la cultura de trabajo, que tiene como principal origen al dueño.
Si como dueño, aceptas tus suposiciones y las de tu equipo, entonces se vuelve un común denominador en la empresa.
En muchas ocasiones, la suposición se usa como un escudo ante la realidad.
Suponemos que vamos bien, porque nadie se ha quejado, entonces es más cómodo quedarnos con esa idea que indagar más al respecto.
También suponemos que algo va mal, porque no ocurre como nosotros imaginamos que debería ser, esta es una doble suposición.
El tamaño de la suposición está ligada al criterio de cada persona, esto provoca una reacción en cadena.
Muchas suposiciones, igual a mucho desmadre operativo, es decir, desperdicios, bomberazos, urgencias.
Lo que es, es
El antídoto para la suposición, es llegar a la esencia, con una descripción clara, en blanco y negro, de cómo debería ocurrir y cómo está ocurriendo.
No te detengas por el clásico: “Y si no me gusta lo que encontraré”.
Recuerda que eres el dueño, si no te gusta, lo mejoras para que funcione como debe ser.
Por supuesto que verás cosas que te van a molestar, lo importante es identificar cuáles están bien y cuáles están mal.
Llamarlas por su nombre: Acierto, buena práctica, fortaleza, error, vicio, debilidad.
Te recomiendo, el paso 1 que ejecutamos con nuestros clientes: La lista de lo que te cae gordo.
Escríbela empezando por lo que más te molesta, sin pensarlo, solamente escribe, procura recorrer las tres áreas principales de tu empresa: Ventas, Operaciones, Administración.
Cuando la tengas completa, además de que te habrás desahogado, tendrás un lista clara de las cosas que necesitas mejorar.
El segundo paso, es que hagas: La lista de fortalezas. Es decir, todas aquellas cosas en las que tu empresa es muy buena.
Es importante hacerlo en este orden, porque si primero haces lo positivo, te sesgas y no ves las cosas negativas.
Por el contrario, cuando empiezas con todas las cosas negativas, serás más crítico y certero identificando tus fortalezas reales.
Lo que no, pues no
Con esta claridad sobre la mesa, escribe los nombres correctos para cada situación y coméntalos con tu equipo.
Te recomiendo que en estos primeros pasos no busques culpables o responsables de los errores y aciertos. Porque esto también crea un sesgo.
Debes cambiar la cultura, empezando por nombrar las cosas correctamente.
Lo que está bien se tiene que reforzar, lo que esté mal se tiene que ir. Así de sencillo.
Es que no todo es blanco y negro, no se pueden tomar decisiones así. Este argumento es muy común.
El criterio de desempate, siempre son los números.
Si algo está identificado como negativo y además genera pérdidas económicas, no necesitas más justificación para eliminarlo. Si una situación está provocando quejas con los clientes tienes que arreglarla.
Recuerda que estamos eliminando las suposiciones. Lo que es, se queda. Lo que no, se va.
Medir para cuidar
Una vez reforzadas las fortalezas y habiendo eliminado las cosas que no debemos hacer, necesitamos mantener al margen las suposiciones.
La herramienta es la medición.
Recuerda que las suposiciones se originan por el criterio de cada persona.
Para alejarlas, necesitas definir indicadores para los temas más relevantes, identificando claramente sus límites y rangos.
Durante el trabajo cotidiano las personas documentarán sus avances, lo cual construirá indicadores oportunos y confiables.
Así, en lugar de preguntar cómo vamos con un tema, todos tendrán una referencia común, objetiva, que no da lugar a dudas.
Si está en rango está bien, si no, pues no.
Como te he comentado en otras ocasiones, el orden genera muchísima libertad, porque no estás esclavizado a los supuestos y el desmadre.
Otro gran beneficio, quizá el más importante, es la cultura de trabajo de tu empresa, pues mejora la colaboración y la aportación de talento de cada persona.
Tus clientes, siempre preferirán la certeza a la suposición.
Siempre es mejor saber que suponer.
Platícame cómo está tu empresa y qué situaciones quieres mejorar. Agendemos una reunión en esta liga.
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Recuerda: Saber en lugar de suponer.