Cada vez que una persona sale de tu empresa, deja un hueco en su experiencia.
Al día siguiente, haces un análisis forense de su computadora, esperando que estén todos los correos y archivos.
Incluso te quedas resguardando esa computadora y el correo, durante un buen tiempo, en caso de que se ofrezca algo.
Muy pronto te das cuenta de cosas que hacia la persona y nadie más sabe cómo hacer.
El hueco más grande se hace en la relación con clientes o proveedores, nadie en tu empresa sabe con quién tratar, hay acuerdos que se quedan en el aire, temas que nadie más sabía.
Se generan urgencias, más desmadre operativo, durante un tiempo tienes que estar muy involucrado para medio tapar ese hueco.
Experiencia Desaparecida
Sin embargo, cuando salió la persona perdiste algo más importante, la experiencia de esa persona en tu empresa, el historial de sus interacciones y el conocimiento de su área.
Para empeorar la situación, muchas veces las personas que se van son las cumplidoras, que han llegado a su límite, estallan y dejan la empresa.
Otro caso grave ocurre con las personas del área comercial, que se llevan “su cartera de clientes”, toda una lista que solo ellos tienen y por cierto ya no está en su computadora.
En muchas ocasiones, las mejores prácticas de una empresa dependen de una sola persona, que mantiene todo funcionando, cuando sale, estas mejores prácticas se diluyen.
Junto con la experiencia, desaparecen muchas oportunidades de crecer y mejorar todo lo que tienes: Clientes, recursos, equipo.
Por ejemplo, al perder el histórico de un cliente que te compró hace un año, pierdes la oportunidad de venderle nuevamente o establecer una relación recurrente.
Cuando una mejor práctica desaparece, en su lugar hay improvisación y parches para operar, digamos, lo menos peor posible.
La Experiencia es de la Empresa
Tener experiencia, significa haber hecho algo, bien hecho, entregando resultados consistentes y generando valor a tus clientes, durante un período de tiempo suficiente.
La experiencia se demuestra cuando hablamos de los clientes que hemos atendido, las necesidades que les resolvemos y desde cuándo lo hacemos.
Esta experiencia, se construye con el trabajo cotidiano, que a su vez se compone de todas las actividades que se realizan en tu empresa.
Entonces, cada actividad que realiza una persona, ayuda a construir la experiencia de la empresa.
Si consideramos el intercambio que hacemos con las personas de la empresa, es decir, reciben un sueldo a cambio de realizar actividades en la empresa, de acuerdo a su perfil y talentos.
Entonces, genuinamente, las actividades son de la empresa, así como todo lo que involucran: información, conocimiento, contactos, fechas, montos, todo.
Es decir, las actividades, son la experiencia de la empresa. Si pagas por ellas, necesitas tenerlas documentadas para beneficio de tu empresa.
Con cada actividad dispersa; anotada en una libreta, un mensaje, un archivo e incluso un correo, estás perdiendo la experiencia de tu empresa.
Experiencia es Dinero
La experiencia siempre está relacionada al dinero, las empresas y personas más experimentadas tienen mejores ingresos, porque dan mejores resultados.
Tú mismo, siempre prefieres acudir a un servicio experimentado, aunque cueste más caro que un novato.
Por eso, cuando pierdes experiencia en tu empresa, pierdes dinero, en muchas formas: Tiempo, relaciones, habilidades, esfuerzo, ingresos, utilidades.
Haciendo una relación lógica: Para cuidar el dinero, tienes que cuidar la experiencia, la cuál se construye con el trabajo cotidiano y las actividades de cada persona.
Ergo, cuidar las actividades de cada persona es cuidar el dinero en tu empresa.
Cuidar las actividades, no quiere decir estar cuidando cada punto y coma, de cada persona en cada momento.
Cuidar las actividades significa:
- Definir con claridad las actividades que se tienen que realizar para cada situación en el negocio, cómo serán medidas, qué rol de la empresa las ejecutará, explicarlas y delegarlas.
- Habilitar una plataforma de colaboración, donde cada persona tiene a la vista sus actividades, en el momento oportuno. Cuando cada persona termina una actividad, la plataforma usa la información para construir, automáticamente, al mismo tiempo: Indicadores y Experiencia de la empresa.
Con estas dos líneas de acción, la información de la empresa se queda en la empresa
Como resultado, tu experiencia es visible, tiene indicadores, que te ayudan a identificar patrones, los cuales analizas consultando las actividades que los generaron.
Cuando quieres aplicar una mejora, ajustas las actividades que se realizan, entrenas a tu equipo, actualizas las actividades en la plataforma y listo.
Para cada cliente tienes un historial de servicio, que te permite diseñar nuevas estrategias comerciales o crecer la interacción con un cliente específico.
Si una persona se va de la empresa, todo el historial permanece intacto. Simplemente entrenas a la nueva persona y reasignas las actividades.
La experiencia de una empresa, determina su permanencia, desarrollo y el impacto que tendrá en la sociedad.
La experiencia de tu empresa, es tu legado.
En Sin Desmadre Operativo, modelamos tu experiencia en blanco y negro, para convertirla en actividades cotidianas, que se gestionan con nuestra plataforma de colaboración CALIXE, para que la información de tu empresa se quede en la empresa.
En esta liga puedes agendar directamente una llamada en el horario que prefieras, para platicar más al respecto.
Recuerda: Tu experiencia es tu legado0