¿Cuántas cosas tienes detenidas por no tener un 100% de claridad? Lo más curioso es que en la mayoría de tus logros, no tenías idea de cómo alcanzarlos. Sin embargo, empezaste, diste el primer paso y eventualmente llegaste.
Si hoy estás paralizado con algún proyecto o iniciativa y no sabes por qué, sigue leyendo.
Normalmente esta parálisis se presenta, en los temas en los que no somos expertos o no nos sentimos seguros. Otras veces se da cuando lo que queremos iniciar, creemos que va en contra de lo que estamos acostumbrados a hacer.
La raíz de la parálisis son nuestras suposiciones.
Suponemos que no va a pasar como queremos, que va a salir muy caro, que no estamos preparados.
Y por una suposición, detenemos iniciativas que podrían generar muchísimo valor.
Por preguntar no cobran.
No necesitas arriesgar toda tu empresa, una gran cantidad de dinero o tu tranquilidad por una idea nueva.
Lo que necesitas es el paso UNO: Preguntar. Es decir, eliminar las suposiciones (dudas) una por una: Preguntando, investigando, haciendo un par de pruebas.
Muchas veces, mis clientes me comentan que tienen proyectos detenidos para cuando la situación sea mejor. O sea, nunca. Porque si no tienes definido el proyecto, nunca sabrás cuándo será esa mejor situación.
Mi trabajo es acompañar a mis clientes en bajar a blanco y negro el proyecto, sacarlo de su cabeza, que sea tangible para que podamos evaluarlo: cómo funciona, qué necesita, qué cosas se tienen, cuáles hacen falta.
En base a esta evaluación, hacemos un plan de trabajo para validar cada punto. El resultado es una radiografía: con datos, tiempos, costos y lo más importante una estimación del beneficio que generará para la empresa.
Con esta información se puede elegir una opción:
- Borrar el proyecto de la lista porque no es factible. Con esto liberas espacio para un nuevo proyecto.
- Ponerlo en espera, con una fecha futura de inicio, hasta que se logre una meta previa que está en camino. Por ejemplo: Entregar el proyecto X o terminar de abrir la sucursal Y.
- Empezar de inmediato, ya sabes lo que necesitas para arrancar. Puedes aprovechar todo lo que ya tienes.
Ninguna de estas decisiones se pueden tomar si antes no bajas las ideas a blanco y negro.
Las ideas revoloteando en tu cabeza te quitan tiempo y te distraen. Es fundamental que elimines las que no son factibles, para que dejes espacio para nuevas ideas.
Aplicar este procedimiento a cada idea que tengas, te permitirá identificar rápidamente cuáles son factibles, aprovechando todo lo que tienes: Experiencia, recursos, clientes.
Ningún proyecto tiene el 100% de éxito asegurado, así es que no te detengas por ello, define un porcentaje de éxito mínimo para empezar y adelante.
Un pequeño recordatorio de algo que no tenías seguridad del 100% cuando empezaste: Tu empresa.
Te invito a agendar una Sesión Antidesmadre, en esta liga.
Recuerda: Suponer detiene, actuar produce.