Lloviendo

La calle mojada te obliga a cambiar las condiciones de manejo porque está resbalosa. Lo mismo aplica con el entorno de tu empresa.

Hoy cuando me estaba preparando para correr estaba soleado y como en las caricaturas, cuando puse un pie en la calle empezó a llover.

Ni modo, hoy no se me va a caer la polilla.

Cuando cambia el entorno necesitas cambiar la forma en que haces las cosas.

En Monterrey, los domingos cierran una calzada para que todos podamos ir a disfrutarla.

Son dos kilómetros y medio, por lo cual puedes correr fácilmente la distancia que quieras.

Hace unos años cuando me desperté estaba cayendo una lluvia leve, a los 20 minutos dejó de llover y salió el sol.

De inmediato me puse mis trapos de corredor y me fui a calzada con mi perro.

La calle estaba húmeda, pero como había sol, decidí correr.

Antes de iniciar, esperé a que mi perro hiciera lo que hacen los perros al llegar a un parque con árboles.

Una vez terminada la extracción perruna, la recolección y disposición, empezamos.

Como en el kilómetro dos, a mi perro se le ocurrió la genial idea de detenerse.

Así es que yo apliqué los frenos con mi pie derecho, como el piso era de concreto y estaba húmedo, mi pie se siguió de largo.

Hice un tremendo split con la pierna derecha, la pierna izquierda quedó doblada y mi cuerpecito sobre ella.

Sentí cómo se estiraron partes de mi cuerpo que no sabía que existían

Ahí, tendido en el piso, empecé a hacerme un inventario, todo se sentía bien.

Varias personas llegaron a ayudarme, afortunadamente no me pasó nada, más que la estirada.

Me puse de pie y me revisé: No había raspadas, no había golpes.

Así es que decidí seguir caminando, porque si me enfriaba no iba a poder regresar al carro.

Cuando regresé a casa y me enfrié, descubrí que tenía lastimada la lonja derecha.

Me había lastimado todo menos la lonja. Después de una semana había sanado. Lo malo es que no me bajó, quedó igual.

Desde ese día agregué la regla: No correr con suelo mojado.

Tampoco corro a menos de cero grados, si estoy desvelado, si me duele la panza, arriba de 30 grados.

Todas estas reglas las fui poniendo con el tiempo con un solo objetivo: Cuidar mi cuerpecito, porque ya no venden refacciones.

Porque si un día no corro, no pasa nada, pero si un día me lastimo, tardaré días en sanar y no rendiré igual en mi vida cotidiana.

¿Qué tiene que ver esto con la empresa?

A excepción de la lonja. Todo lo demás es exactamente igual.

Necesitas tener reglas para cuidar tu empresa de los cambios del entorno.

Porque si operas igual, alguna parte de tu empresa se va a lastimar y por supuesto la rentabilidad va a sufrir.

He notado un patrón preocupante en las empresas con Desmadre Operativo: Están tan enfocadas en sus problemas diarios que no ven los cambios en el entorno y no hacen ajustes.

Entonces siguen corriendo con el suelo mojado, resbalan, caen y tienen que seguir corriendo lastimados.

La única seguridad que las empresas tienen es que el entorno va a cambiar. A veces para bien, otras para mal.

En cualquiera de los casos, una operación ordenada es la única protección para tu empresa.

Porque teniendo certeza operativa e indicadores, es más sencillo identificar los ajustes para enfrentar el entorno.

En reunión con un Dueño hablábamos de los cambios en el sector al que pertenecen la mayoría de sus clientes.

Haciendo doble clic en los indicadores de operación identificamos que se habían aumentado las solicitudes de capacitación en los principales clientes de este sector.

Así es que de inmediato, se creó un ajuste en el servicio recurrente para aumentar la capacitación, solo para clientes de ese sector.

La parte más importante de esta estrategia fue comunicarles a todos los clientes del ajuste para ayudarles con su entorno.

Los clientes reaccionaron muy positivamente, se estrechó la relación con ellos y el ajuste realmente no modificó los costos.

Este análisis fue posible porque la operación de esta empresa tiene trazabilidad.

Es decir, la ejecución consistente genera información veraz y oportuna para analizar cualquier ángulo de la empresa y contrastarlo con el entorno.

Con esta claridad las reglas necesarias para proteger la empresa saltan a la vista y son fáciles de implementar, comunicar y mantener.

Una empresa con orden puede sacar provecho de cualquier tipo de entorno.

Querido Dueño, no puedes controlar si está soleado o lloviendo, pero sí puedes adaptar tu empresa para que corra bien con cualquier clima.

Agenda una llamada para que veamos cómo podemos ajustar tu operación para que funcione con orden, sin importar el entorno.

Recuerda: Correr con orden